LA PROMESA Avance Capítulo 679 viernes 19 de septiembre LEOCADIA descubre a CURRO y ÁNGELA

En la Promesa, los días parecen avanzar con una velocidad implacable, cargados de secretos, decisiones difíciles y pasiones prohibidas. Manuel, incapaz de acallar la inquietud que lo consume, decide enfrentar directamente a Enora, convencido de que algo se esconde tras su silencio. Y no se equivoca: con la misma naturalidad con la que se respira, ella confiesa haber robado los planos de la caja fuerte. La revelación cae como un rayo, dejando a Manuel atrapado entre la sorpresa y la necesidad de comprender los motivos que impulsaron un acto tan arriesgado. Mientras tanto, Pía enfrenta con tristeza la inminente partida hacia Aranjuez, resignada a separarse de todos aquellos a los que ha aprendido a querer. Ricardo, siempre fiel, le propone resistirse, contarle todo a Manuel y buscar una salida juntos, pero Pía se niega, temerosa de sumar más preocupaciones a un joven que ya se ve sobrepasado por la presión.

La finca se convierte en un hervidero de tensiones políticas y familiares. Catalina, firme y desafiante, se niega a intervenir para detener las revueltas que amenazan con sacudir los cimientos de la Promesa. Su postura, lejos de debilitarse, se refuerza al defender con uñas y dientes su visión frente a la familia. Pero el destino no tarda en hacer sentir su peso: la llegada de una carta de enorme importancia, procedente de la Corona, irrumpe en medio del caos. En ella, se reconoce oficialmente la existencia de las rebeliones, y Alonso, con la gravedad de un patriarca que conoce el alcance de cada decisión, exige a su hija que actúe para resolver la situación. Catalina, atrapada entre la lealtad a sus convicciones y la responsabilidad que le imponen, decide emprender un viaje junto a sus hijos, un trayecto cargado de incertidumbre, donde el peligro acecha en cada esquina y cada paso podría cambiarlo todo.

Pero las intrigas familiares no se detienen. Ángela, quien durante días ha permanecido encerrada en su habitación, decide reunir el valor para salir al mundo, esperando quizá encontrar en su madre un apoyo que la reconforte. Sin embargo, Leocadia, dominada por sus propios temores y por la sombra oscura del pacto sellado con Lorenzo, responde con una frialdad inesperada. El muro entre madre e hija se fortalece, cimentado en secretos que hieren más que cualquier reproche. Curro y Ángela, en cambio, hallan en su amor secreto un respiro a la opresión que los rodea. Aferrados a los pocos instantes de intimidad que logran robar al destino, construyen un refugio de ternura en medio del peligro, aunque saben que cada beso y cada mirada compartida los acerca un paso más al abismo.

La sospecha de Leocadia, avivada por las insidiosas palabras de Lorenzo, la empuja a vigilar de cerca a su hija. No tarda mucho en confirmar lo que tanto temía: descubre que Ángela mantiene una relación con Curro, el joven lacayo. La escena, marcada por el peso de la decepción y el dolor, abre un nuevo frente de conflicto que amenaza con destruir lo poco que quedaba intacto en su vínculo materno-filial. Mientras tanto, en otro rincón de la Promesa, la doncella se enfrenta a su propio arrepentimiento. Consciente del daño causado, busca a Opi para ofrecerle disculpas, pero sus palabras no son las que él anhela escuchar. La herida, lejos de cerrarse, se profundiza aún más, manteniendo vivo un desencuentro que parece condenado a repetirse una y otra vez, como una melodía amarga que se niega a desvanecerse.

Y entre pasillos y cocinas, donde las intrigas parecen siempre encontrar refugio, la ilusión toma forma de boda. Simona y Candela, desbordadas de entusiasmo, no logran contener la emoción que sienten por la posible unión de Toño y Enora. Tanto es así que, incapaces de guardar el secreto, lo revelan a Samuel, contagiándolo con la misma esperanza que a ellas las mantiene radiantes. Sin embargo, en ese gesto inocente de complicidad también late una traición: Simona rompe la promesa hecha a su hijo, la promesa de mantener la confidencia. Una promesa rota que, como todas en la finca, puede convertirse en el inicio de un nuevo conflicto. La Promesa, fiel a su esencia, se sumerge una vez más en un mar de pasiones, intrigas y revelaciones, donde cada decisión, cada palabra y cada silencio pesan como el hierro, y donde la línea entre el amor y la tragedia es cada vez más delgada.

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