El capítulo 680 de La Promesa, previsto para el lunes 22 de septiembre, se anuncia como uno de los más impactantes y cargados de tensión dramática de la serie. Catalina, decidida a escapar junto a sus hijos para alejarse de la oscura sombra que la persigue, verá cómo su plan se derrumba de la manera más cruel. El varón de Valladares, con una frialdad calculada y un poder que no admite resistencia, la obligará a separarse de los pequeños, amenazando con matarlos si no obedece sus órdenes. Bajo el peso insoportable de esta amenaza, la hija del marqués no tendrá más remedio que ceder y, entre lágrimas y desesperación, subirá a un vehículo que la arrastrará hacia un destino incierto. La angustia se convertirá en el motor de su viaje, un trayecto hacia lo desconocido donde la esperanza de reencontrarse con sus hijos será lo único que la mantenga en pie. Mientras tanto, lejos de la vista de todos, el varón se reunirá en secreto con la mente maestra que ha orquestado este siniestro plan, un aliado invisible cuya identidad todavía se oculta en las sombras, pero que promete cambiar para siempre el rumbo de la historia.

En La Promesa, la ausencia de Catalina no pasará desapercibida. Las horas se tornarán densas, cargadas de inquietud y sospecha. Adriano, cada vez más preocupado, empezará a temer lo peor, consciente de que algo terrible ha sucedido y que el silencio en torno a la muchacha es la señal más clara de un destino adverso. A medida que los minutos avancen, la desesperación crecerá en su pecho, mientras en la hacienda todos intentan descifrar el misterio de la desaparición. Pero no será solo la sombra de Catalina la que enturbie el ambiente. Enora, con su actitud esquiva y sus silencios llenos de secretos, comenzará a despertar la desconfianza de Manuel. El joven, decidido a no dejarse engañar, optará por investigar su pasado antes de que el matrimonio con Toño se convierta en una realidad irreversible. Las dudas lo consumirán y, junto con las advertencias de Simona, quien insiste en que Enora sigue siendo una desconocida para todos, se abrirá un nuevo frente de incertidumbre y sospecha en el palacio, multiplicando la sensación de que nada ni nadie es lo que parece.

Al mismo tiempo, Vera se debatirá entre la nostalgia de su hogar y la firme decisión de mantenerse lejos de él. La visita de su hermano Federico, que insiste en que prepare el terreno para un inminente reencuentro con su padre, no hará más que aumentar la presión sobre ella. Entre recuerdos y heridas abiertas, Vera se verá atrapada en una encrucijada de sentimientos donde el peso de la familia y la necesidad de independencia chocarán con violencia. Por otra parte, la vida de Pía tomará un giro desgarrador. La inminente partida hacia Aranjuez la enfrentará a la separación de su querido Dieguito, un dolor que la consumirá por dentro. En una escena cargada de lágrimas y desesperación, implorará a Curro que cuide de su hijo durante su ausencia, confiándole lo más valioso que tiene en el mundo. La súplica, rota por la emoción, dejará al muchacho desarmado y pondrá de manifiesto la profundidad del vínculo entre ellos, una relación que se fortalecerá en medio de la adversidad.

Pero el golpe más devastador llegará de la mano de Leocadia, quien tras descubrir el romance entre su hija Ángela y Curro, optará por una jugada maestra cargada de frialdad y ambición. En una conversación reveladora con Lorenzo, el capitán confesará que sus planes de boda con Ángela no tienen nada que ver con el amor, sino con un deseo profundo de venganza. Su propósito será claro y siniestro: casarse con Ángela para atormentar a Curro, el joven que durante años creyó su hijo y que ahora se ha convertido en el blanco de su odio. El matrimonio, más que una unión, se convertirá en un instrumento de castigo, en un recordatorio constante de la traición y en una cadena que aprisionará tanto a Ángela como a Curro en un juego de poder sin escrúpulos.

Leocadia, lejos de oponerse, verá en esta unión un beneficio para sus propios intereses y decidirá dar un paso que dejará a todos en estado de shock. La señora de Figueroa anunciará públicamente el compromiso de Ángela con Lorenzo, sorprendiendo a toda la familia y desatando una tormenta de emociones. La noticia caerá como un rayo, rompiendo cualquier equilibrio y encendiendo una hoguera de escándalos, intrigas y dolor que amenazará con consumirlo todo. La Promesa, fiel a su estilo de entrelazar el drama personal con los juegos de poder, llevará a los espectadores a una nueva encrucijada donde cada decisión traerá consecuencias irreversibles. Entre secuestros, secretos y venganzas, el capítulo 680 se perfila como un episodio inolvidable que marcará un antes y un después en la historia de sus protagonistas, obligándolos a enfrentarse a la verdad, al destino y a las pasiones más oscuras del ser humano.